El par máximo lo entrega a 6.000 revoluciones, así que el régimen de giro idóneo para movernos con soltura está entre las 4.000 y las 6.000 revoluciones. Por debajo de ahí poco podemos esperar, pero no siempre queremos rodar rápido.
Lo perfecto para rodar con ella cuando vamos de paseo es mantenerla en la zona baja del cuentarevoluciones, sin prisa y a ritmo tranquilo. Ahí la suavidad y el silencio del motor se convierten en nuestros principales acompañantes.
El mayor inconveniente que le encontré a la YBR 125 SP Classic fue el cambio de marchas, que en ocasiones se mostró algo tosco sobre todo al hacer el paso de primera a segunda velocidad. Posiblemente este problema tenía como motivo la falta de rodaje de la unidad de pruebas, que cuando la cogimos apenas tenía 800 kilómetros en el marcador.
Las suspensiones son bastante blandas, de forma que el confort está más que asegurado. Si a esto unimos una posición de conducción de lo más cómoda, la YBR 125 SP Classic no castigará nuestro cuerpo en ningún momento, con lo que has horas en ella se pasan volando.
Además podremos viajar también comodamente con un acompañante detrás, gracias a un asiento muy amplio, claramente dividido en dos posiciones y en el que el de atrás tiene el portabultos trasero metálico para agarrarse.
Los consumos son acordes con el planteamiento de la moto, y a pesar de que durante la prueba estiramos bastante el motor, en ningún momento éstos pasaron de los 6 litros a los 100. El depósito de combustible tiene 12 litros de capacidad, de forma que la autonomía es bastante alta.
Su estrecho tamaño permite meterla entre los coches con comodidad, e incluso hacer giros cerrados sin demasiado problema gracias al amplio radio de giro de la dirección.
Mañana más…
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